lunes, 22 de junio de 2009

La VeJeZ


Ha ocurrido en mi ciudad, y es para alucinar en colores.
En una residencia privada de ancianos, creo que el día 23 del pasado mes, falleció uno de los residentes. Se comunicó el fallecimiento a la familia, se le veló, y se enterró.
Pasados unos días, su hermano pasó por la residencia a recoger su ropa, y casi murió el de la impresión al encontrarse con que su hermano estaba allí, y vivo.
La residencia, cuenta tan sólo con 21 plazas, y no es muy fácil de entender el error, por mucho que el anciano fallecido, fuera compañero de habitación del otro.
Tampoco es muy comprensible, que la familia, no se diera cuenta de que a quien estaban velando no era su hermano, tio, primo...
Un amigo de la familia ha hecho una declaración sobre lo que dijo en el velatorio:
-¡Qué cambiado está! No parece el mismo...
No lo era.
Este caso nos puede llevar a una refexión, bastante triste, eso sí.
Nacemos, crecemos, ENVEJECEMOS y morimos. Eso todos lo sabemos.
Pero mientras somos jóvenes, también todos, como indivíduo, solemos sentirnos como el centro del universo. Pensamos que todo gira alrededor de nosotros, de nuestra vida, de nuestro yo. La vejez nos queda lejos...
La reflexión sería: La vejez nos aparta de la vida. (¿o la vida nos aparta?) Nuestra entidad como persona ya no importa a nadie. En la residencia, (al menos en esa) no se distingue a un anciano de otro. Lo mismo da que muera José que Joaquín, y... ¿Quién era José o Joaquín...? ¿Y la familia? ¿Cuánto tiempo hacía que no habían visitado a aquel anciano aparcado en la residencia para llegar al punto de no reconocerlo? ¿Y la familia del verdadero difunto? Habían pasado unos dias del fallecimiento y por lo que se ve, nadie había ido a verlo... Triste, ¿No?.
Tendríamos que reflexionar un poco acerca de este presente en el que los que somos jóvenes no sabemos sacar tiempo para visitar a nuestros parientes ancianos, por que este presente es el espejo en el que se refleja nuestro futuro.

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